Jarra de terracota mexicana de principios y mediados del siglo XX: estilo neocolombino
Descripción general:
Esta jarra de terracota artesanal (principios-mediados del siglo XX) encarna las tradiciones cerámicas precolombinas del centro de México, fusionando el diseño indígena con la forma utilitaria. Mide 17.78 cm de alto x 40.64 cm de ancho, presenta un cuerpo globular, un asa arqueada y marcas oscuras abstractas, probablemente inspiradas en las técnicas de cerámica mixteca o de los pueblos indígenas. Si bien no es un artefacto antiguo, su superficie sin esmaltar o parcialmente esmaltada y sus guiños estilísticos al arte prehispánico la convierten en una pieza fascinante del renacimiento del arte popular.
Características principales:
Material y técnica:
Arcilla de terracota, sin esmaltar o con un mínimo de esmaltado, que evoca la estética cruda y terrosa de las ollas (recipientes de almacenamiento) y cantaros (jarras) precolombinos 315.
Construido a mano, probablemente utilizando técnicas de enrollado o losa, con marcas de herramientas visibles que se suman a su encanto artesanal.
Diseño y decoración:
Motivos oscuros abstractos: Patrones geométricos o simbólicos en la parte superior del cuerpo, posiblemente imitando glifos mixtecos o diseños Pueblo en negro sobre terracota 11.
Forma funcional: La apertura ensanchada y el mango resistente sugieren su uso para líquidos (por ejemplo, pulque, agua o chicha ceremonial).
Contexto cultural:
Renacimiento precolombino: los artesanos mexicanos de principios del siglo XX a menudo recurrían a la cerámica mesoamericana antigua (por ejemplo, azteca, zapoteca) para celebrar la herencia nacional posterior a la Revolución.
Raíces regionales: El centro de México (por ejemplo, Puebla, Oaxaca, Guanajuato) tiene una profunda historia de artesanía de terracota, con pueblos como San Bartolo Coyotepec (arcilla negra) y Tonalá (cerámica bruñida) como posibles influencias.
Estado y desgaste:
Pequeños desprendimientos en el borde: acordes con su antigüedad y uso, sin daños estructurales.
Pátina: El desgaste natural realza su carácter vintage, sugiriendo décadas de manipulación.
Procedencia y coleccionabilidad:
Probablemente entre 1920 y 1960: el México posterior a la Revolución experimentó un aumento en la producción de arte popular, tanto para uso local como para los mercados turísticos.
Paralelos modernos: artesanos contemporáneos como Juan Quezada (Mata Ortiz) continúan esta tradición, despertando interés en piezas del Renacimiento anterior.
Por qué esta jarra se destaca:
Arte híbrido: une las tradiciones indígenas y la artesanía del siglo XX.
Exhibición versátil: funciona como jarrón, elemento decorativo o artículo de colección.
Resonancia histórica: Refleja el orgullo cultural de México durante el renacimiento de su arte popular.
Ideal para:
Coleccionistas de cerámica mexicana o arte de inspiración precolombina.
Para aquellos que buscan una decoración rústica y etnográfica para el hogar.
Historiadores que estudian el resurgimiento artesanal del siglo XX.
Y85, Jarra de terracota mexicana de principios a mediados del siglo XX, Renacimiento precolombino
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